Por: Nelma L. Ortiz Correa, MSW
Trabajadora Social- SER Ponce
La Federación Internacional de Trabajo Social, la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social y el Concilio Internacional de Bienestar Social nos invitan a celebrar hoy 17 de marzo de 2020 el Día Mundial del Trabajo Social bajo el lema: Promoviendo la importancia de las relaciones humanas. En Puerto Rico, durante los pasados años, el Colegio de Profesionales del Trabajo Social y la Asociación Nacional de Escuelas de Trabajo Social se han unido a este esfuerzo. En esta ocasión, se nos invita a reflexionar a cerca de la importancia de construir comunidades sostenibles e interdependientes para lograr el desarrollo social y el bienestar colectivo. Y es precisamente en momentos como el que estamos viviendo al nivel mundial que nos fijamos en la efectividad que tenemos como colectivos, en la cooperación y empatía que podemos dar en crisis como la que estamos enfrentando. Esta mañana me he levantado con un auto parlante donde se llevaba un mensaje de concienciación para quedarnos en casa, para cuidarnos y cuidar de los demás y de esa forma sentí que en efecto todo puede fluir en la medida que cada uno tome conciencia y ponga su granito de arena. Y así lograr ser una comunidad interdependiente asegurando el bienestar y el desarrollo.
En la situación actual vemos que cada día va en aumento las víctimas a causa de la pandemia. Lo cual significa que definitivamente está en nuestras manos que ese número no siga creciendo. Probablemente no lo vemos en nuestra comunidad o en nuestros seres cercanos. Pero, ¿eso significa que estamos fuera de peligro? No.
Aprovechemos el lema que en el día mundial de Trabajo Social se nos comparte. Porque el COVID-19 no ha destruido ni destruirá las relaciones humanas, por el contrario. Ciertamente, es momento de mantenernos reguardados, de mantenernos en casa pero, no significa que el amor, las muestras de afecto, el respeto, la empatía, la solidaridad, la conciencia y el buen juicio también se fueron de cuarentena. Aprovechemos estos días para sanar diferencias familiares, para cuidar de los pequeños y de los viejos, para reconectar con tu ser, desconéctate por un rato de la tecnología y sal al exterior. Fíjate en aquello que no es tu norma. En lugar de desear que estas semanas se vayan rápido para retomar tu rutina, aprovecha el tiempo que dos semanas son suficientes para sembrar las semillas de nuevas oportunidades. Establece prioridades, reflexiona y fíjate cuan fuerte somos como individuos y como sociedad, enorgullécete de eso. Que esta pausa sea una verdadera, una donde realmente nos encontremos en el aquí y en el ahora. No visualicemos esto como un alto o un sacrificio, si no mas bien como una oportunidad pues a diferencia de otros aún tenemos salud y tenemos vida. Seamos prudentes con la información, aclaremos dudas y no caigamos en mitos. Nuestro deber no es tan solo en cuidarnos físicamente sino también en mantener la calma y la tranquilidad mental. Porque después de estas dos semanas nos enfrentaremos a una nueva etapa que aún no podemos precisar.